Fue entonces cuando comenzó su época de falsificador. Primero con permisos de conducir, carnés y pasaportes. “ Estos documentos nos permitían acoger a refugiados. También abrir cuentas, alquilar coches, pisos...”
Después, con nóminas que cobraban en los bancos. Y por último su gran golpe. La red de Lucio Urtubia consiguió estafar al City Bank, falsificando 8.000 hojas de 25 cheques de 100 dolares cada uno. A pesar de su detención en Paris, los cheques seguían circulando simultáneamente por diferentes puntos de Europa y América. El banco, a punto de irse a la quiebra, hubo de negociar con el propio Urtubia que eludió la cárcel y aún consiguió unos millones más a cambio de las planchas originales. Lejos de hacerse rico, el dinero fue a parar a movimientos insurgentes de todo el mundo: en España, en Uruguay, en Argelia, en Italia, en Francia, en México, Argentina...
Hoy descansa de su profesión de albañil, pero no de su vida militante. Su casa, en Paris, es la planta superior del centro Louise Michel (anarquista francesa del siglo XIX, símbolo de la Comuna de París). “Es un lugar abierto. Por mi casa pasan cada semana más de 100 personas”.
Reivindica la capacidad de organizarse entre las personas. De formar cooperativas de trabajo. “Pero cooperativas pequeñas, de pocas personas, donde se reparta el trabajo, el dinero y la responsabilidad.”
8.000 x 25 x 100 = 20.000.000 Usd.
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