
Más allá de consideraciones éticas o morales, me parece que incitar públicamente al aquí te pillo aquí te mato no deja de ser un acto de deslealtad en una sociedad cada vez más carente de valores. Uno de los países pioneros en comercializar estas prácticas fue Noruega, aunque también están extendidas en el Reino Unido. Países, por cierto, donde el concepto de familia está olvidado y donde cada vez más la sociedad tiende a estructuras monoparentales. ¿Es esto lo que queremos?
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