miércoles, 11 de mayo de 2011

Chile aprueba la megapresa de Endesa pese a su impacto en la Patagonia

El megaproyecto de Hidroaysén, que inundará 5.910 hectáreas de territorio virgen en la Patagonia chilena (el 0,05% del territorio) sorteó la primera de cuatro barreras ambientales que tiene por delante con la votación favorable de 11-1 que recibió en la Comisión de Evaluación Ambiental de Coihayque, que tiene atribuciones para rechazar o aprobar a nivel local. El proyecto incluye cinco centrales hidroeléctricas en los Baker y Pascua, y es una inversión de una filial de la empresa española Endesa y de la chilena Colbún por 3.200 millones de dólares (2.200 millones de euros).

Y con la aprobación han llegado las protestas. En las manifestaciones de las principales ciudades del país han participado miles de personas. La policía los disolvió, y detuvo a más de 120 personas el lunes por la noche.

La comisión estableció cuatro condiciones al proyecto Hidroaysén: bajar las tarifas de electricidad un 50% a los habitantes de localidades cercanas, financiar un plan de turismo, cortar los árboles de las zonas que serán inundadas y reforestar en otros lugares.

Votan funcionarios
El resultado no fue sorpresivo. Todos los que votan son funcionarios de Gobierno, y deben basarse en informes técnicos, pero desde La Moneda todas las señales fueron siempre hacia la aprobación de Hidroaysén. Pocas horas antes de la votación, el ministro del Interior y jefe del gabinete ministerial, Rodrigo Hinzpeter, sostuvo que la aprobación "es buena para el país".

Tras criticar esta intervención, los opositores al proyecto apelaron a la última instancia ambiental, un comité de seis ministros, encabezado por la titular de Medio Ambiente, que deberá tomar la decisión final.

Como Endesa y Colbún, cuyas acciones subían ayer en la Bolsa, dividieron la aprobación ambiental de Hidroaysén en dos partes, separando la generación y la transmisión, está pendiente todavía la resolución de esta segunda parte del proyecto, que comenzará a operar en 2019. Para la transmisión se requerirá la instalación de unas 3.800 torres de alta tensión, de 40 metros de altura cada una, a lo largo de 2.000 kilómetros y con una franja despejada de 60 metros en su contorno. Los opositores a Hidroaysén critican que este tendido será como "una cicatriz" en el territorio.

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