miércoles, 15 de septiembre de 2010



Chirac confiesa que el 'drama de su vida' es su hija Laurence

10/02/2007 - 11:33 (GMT)

El presidente francés, Jacques Chirac, ha reconocido que el "drama" de su vida es la enfermedad de su hija Laurence, que sufre anorexia mental y de la que apenas ha hablado públicamente.


París, 10/02/2007- El reconocimiento aparece en "L'inconnu de l'Elysée", un libro escrito por Pierre Péan que aparecerá en los próximos días y del que la prensa francesa adelanta hoy algunos extractos.


El libro, basado en entrevistas, repasa la carrera política de Chirac, que es jefe del Estado desde 1995 y que con anterioridad fue jefe de Gobierno, ministro y alcalde de París.

También entra en su vida personal y es en este apartado cuando Chirac admite que el problema de Laurence ha sido un drama que ha marcado su existencia.

"Tenía una hija inteligente y guapa que a los quince años fue alcanzada por una anorexia mental. Hemos intentado, gracias a gente muy amable, ocuparla en empleos, incluso no remunerados, pero no hay nada que hacer", confiesa el político conservador.

Las "puñaladas" de la política son relativas en comparación con ese problema personal: "me dan igual", señala Chirac, quien elogia a su mujer, Bernadette, por "el mérito extraordinario de haberse comportado siempre de forma que ese problema me afectase lo menos posible en mis responsabilidades y ambiciones y lo sigue asumiendo totalmente".

Chirac da implícitamente la razón a quienes han comentado su fama de conquistador de mujeres, al asegurar que "no las he odiado", pero matiza que "jamás he abusado" y califica de exageradas las palabras de Bernadette, según quien su esposo "galopaba" siempre tras las féminas.

Tampoco parece preocuparle la fama de persona con pocas dotes culturales a la que se alude en artículos de prensa y libros.

"A menos que me incordien yo tengo mi parcela personal y no vale la pena que los periodistas, por motivos políticos, vengan a poner los pies en mi jardín privado", dice el presidente de la República.

Sobre la política, admite la fascinación que le suscitaba su antecesor, el socialista François Mitterrand, de quien fue rival y primer ministro entre 1986 y 1988 en un período de cohabitación.

Niega que llegara a un acuerdo con Mitterrand en 1981 para movilizar a sus partidarios en favor del dirigente socialista e impedir así la reelección del conservador Valéry Giscard d'Estaing.

"Alérgico" al ultraderechista Jean-Marie Le Pen, al que derrotó en las presidenciales de 2002, Chirac no se ensaña con quien quiere sucederle dentro de su partido, el ministro del Interior Nicolas Sarkozy, del que reconoce que tiene "defectos y grandes cualidades".

En el libro, Chirac critica el trato dado por Occidente a los países de África, a los que "tras robarles su cultura le hemos quitado sus recursos y ahora lo hacemos con sus cerebros".

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