viernes, 27 de agosto de 2010

27 Ago 2010

NEGOCIOS EN EL SAHEL ¿SECUESTRO O FARSA?
Escrito por: riflher el 27 Ago 2010 - URL Permanente

Rodrigo Rosenberg era un abogado guatemalteco que fue asesinado una soleada mañana de primavera. El 10 de mayo de 2009. Unos sicarios que aparecieron en un vehículo le pegaron tres tiros. Él estaba sentado en la hierba junto a su bicicleta y escuchaba música. Es posible que esperara a alguien para hablar de algo. Quizás también que estuviera allí, a trescientos metros de su casa, sentado y pensando en sus cosas como cualquier ser humano. No hay nada estrafalario en el comportamiento de este hombre antes de ser asesinado.

En Guatemala el 98 % de los asesinatos y crímenes, miles y miles, no se resuelven. Eso es estadística oficial. Rosenberg murió y no era necesario resolver el crimen porque hacerlo sería excepcional. Sin embargo, ocurrió algo excepcional. Rosenberg había grabado un video de sí mismo en el que explicaba por qué fueron asesinados sus amigos y por qué le va a matar a él. He aquí un extracto.

“Buenas tardes, mi nombre es Rodrigo Rosenberg Manzano, y lamentablemente si usted está, en este moment, oyendo y viendo este mensaje, es porque fui asesinado por el Señor Presidente Álvaro Colom, con la ayuda de Don Gustavo Alejos, y del señor Gregorio Valdez.

La razón del por qué estoy muerto al momento que ustedes verán este mensaje es única y exclusivamente porque, hasta el último momento, fui abogado del señor Khalil Musa y de su hija Marjorie Musa, los cuales fueron cobardemente asesinados por el señor Presidente Álvaro Colom, con el consentimiento pleno de su esposa Sandra de Colom, y con la ayuda de Gregorio Valdez y Gustavo Alejos.“

El vídeo está colgado en mil portales de la red. Suele estar dividido en dos partes. No se lo pierdan. Juzguen ustedes mismos.

La situación se hizo tan escandalosa que el gobierno guatemalteco, en un alarde de cinismo propio de gobernantes de países donde el crimen ni se persigue ni se sanciona, encargó una investigación a una comisión internacional creada ex profeso contra la impunidad en Guatemala. Dirigida por la ONU con la colaboración del FBI. En su primer caso tenía un asesinato relacionado con otros dos asesinatos de manera inequívoca. Todo se prestaba a ser muy rimbombante. Incluso contrataron como jefe de la comisión al honorable magistrado español Carlos Castresana. Un Elliot Ness en toda regla.

Finalmente, la investigación no pudo producir unas conclusiones más asombrosas. Una vez finalizada, habían atrapado a los autores materiales pero resulta que culparon a Rosenberg de contratarles para que le asesinaran a él mismo. Rosernberg encargó el asesinato de Rosenberg. Nada menos. A Carlos Castresana lo utilizaron para encabezar la farsa y no es que su voluntad fuera prestarse a ello sino que tal vez, como juez que es y juzga con lo que le ponen delante, picó el anzuelo y dio por bueno algo absurdo que en condiciones normales no se lo cree ni Caperucita Roja. Un año después, Castresana ha dimitido y ha dejado muy claro que él nada puede hacer por detener la impunidad criminal en un país donde la corrupción y el crimen lo ocupan todo. Está claro que si el 98 % de los miles de asesinatos no se resuelven, la mera idea de resolver uno de alguien que sabía que le iban a matar, tenía razones objetivas para ello, con la conclusión de que el asesinado encargó su propia muerte es una auténtica burla. Por parte de Castresana, su dimisión explicada e irredenta ha sido un modo póstumo, por así decirlo, de admitir la rocambolesca farsa del caso Rosenberg.

Nada se puede hacer ya. Caso cerrado.

La famosa fotografía que encabeza este texto no es una fotografía en sentido estricto sino un fotograma de un video grabado por una televisión del Magreb, Sahara Media, durante la liberación de Roque Pacual y Albert Vilalta. Ambos posan complacidos y sonrientes para la cámara junto a su secuestrador, Omar el Saharahui. Este hombre había sido liberado por las autoridades de Mauritania, previo oportuno soborno recibido del gobierno español, pocos días antes a pesar de estar condenado a 12 años de carcel por el delito de secuestrar a esas mismas personas que pone en libertad en ese momento.

Es latente en la foto la satisfecha complicidad y connivencia entre secuestrador y secuestrados. Son la viva imagen de tres hombres que han hecho un buen trato. Tres ganadores. ¿Quién ha perdido entonces? ¿Quién es el primo? En la mesa de póker, si no sabes quién es el primo, entonces, el primo eres tú. Para cuando te das cuenta tus bolsillos están vacíos. Te han limpiado hasta los cocodrilos que te vigilaban la cartera de parte de tus hijos. ¿Y aquí? ¿Quiénes son los tontos aquí?

Mientras pensaba en la imagen, pensaba en esas situaciones en que la información oficial resulta inverosímil pero nos la dan tan bien masticada que nos la tragamos sin darnos cuenta. Los triles más grandes son grandes evidencias de la realidad y la verdad de la vida que se diluyen entre la maraña de la información previsible e ingenua de los inocentes y la interesada de los trileros. Mientras los periódicos y medios de comunicación abordan todo tipo de evidencias irrelevantes y frivolidades pijoteras, nadie se pregunta qué ha sucedido en realidad, cómo se ha soltado la pasta, quién se ha quedado con ella y si estos presuntos cooperantes no han hecho también su propio negocio sentados en la mesa de los secuestradores.

Seamos sinceros. Todo esto huele que apesta. No se explica con ningún argumento cabal que la vida de estos oenegetas valga ocho millonazos de euros de dinero de todos nosotros. El Sahel no está tan caro. Ni siquiera para Al Qaeda. Incluso las dóciles y medidas declaraciones de agradecimiento al gobierno de España como “su gobierno” alcanzan un patetismo descomunal en la voz de Albert y Roque. La espontaneidad es un grado para la credibilidad. En las palabras de esta gente ha brillado por su atronadora ausencia. Por otra parte, me gustaría haber leído la prensa catalana si todo hubiera sido lo mismo pero la oenegeta se hubiera llamado Sevilla Acción Solidaria y, a mayores, sus miembros fueran sevillanos.

Si yo fuera fiscal general del Estado, encargaría una investigación clasificada sobre a qué se dedica realmente esta ONG y cuánto han podido pillar por todo esto. Si tienen alguna cuenta bancaria en algún país africano, en Mali por ejemplo, donde alguien les ingrese dos o tres millones por alguna razón poco creíble, etc. También es posible que tuvieran alguna póliza de seguro para caso de secuestro o semejante y por ahí se pueda tirar del hilo. La gente hace cosas muy raras cuando quiere engañar a la compañía de seguros.

Desde luego, con todos los respetos por la presunción de inocencia, incluida la de los muertos, esta gente ni este asunto huelen como huele el trigo limpio. Si observamos con perspectiva los detalles de cómo se ha desarrollado todo, la chapuza del Alakrana no fue tan humillante. Aquí ha habido mucho más cachondeo. La imagen, junto con toda la suma de detalles que se van sabiendo, no incita a pensar nada distinto de un arreglo basado en un tocomocho gigantesco. Ese es el pálpito y esa puede ser la verdad.

Lo único cierto es que si Rosenberg pudo contratar su propio asesinato cuando de todos modos era probable que fuera asesinado como tantos otros guatemaltecos, entonces, no parece imposible que una ONG de pacotilla encargue el secuestro de sus propios oenegetas y participe en el beneficio del tinglado montado para el rescate. Al fin y al cabo, parece imposible que el gobierno se haya pringado con tanta pasta si no le presionan desde casa. Y claro, de cómo se presiona en Madrid a una ONG que se llama Barcelona Acció Solidaria no le puede quedar nada por aprender.

Tampoco seamos pacatos. Hay que admitir que ha sido un gran golpe al Estado. A pesar de las nefastas consecuencias para la imagen de España y el resto de ciudadanos, ha sido un gran palo pegado con paciencia y absoluta limpieza.

Estaremos atentos a ver cuánto le dura la cojera al Vilalta.

Esperemos que mejore rápido.

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