viernes, 29 de octubre de 2010


Mosén Tarragona lleva toda una vida dedicada a cuidar de las obras reclamadas. Dirigió durante 40 años el Museo Diocesano de Lleida y, ahora que tiene 80, confiesa estar muy deprimido con la situación: "No es justo. Lo están haciendo todo por intereses materiales", dice. "Los políticos buscan componendas y el museo es moneda de cambio por los papeles de Salamanca y para que la Generalitat presida el Archivo de la Corona de Aragón. Creo que se van a llevar las piezas".

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