miércoles, 5 de enero de 2011


"Naturalmente la gente corriente no quiere la guerra. Ni en Rusia, ni en Inglaterra, ni tampoco en Alemania. Esto es comprensible. Sin embargo, después de todo, son los líderes del país los que determinan la política y se trata simplemente de hacer que la población la acepte, ya se trate de una democracia parlamentaria, una dictadura fascista o una comunista. Se puede hacer siempre que el pueblo siga a sus líderes. Es fácil. Todo lo que hay que hacer es hacerles creer que están siendo atacados y denunciar a los partidarios de la paz por su falta de patriotismo y su irresponsabilidad al exponer al país a un peligro. Esto funciona lo mismo en cada país".

Herman Goering, número dos del régimen nazi.

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